sábado, 16 de octubre de 2010

Luis Juez ante el conflicto en la Educación en Cordoba


La toma final, la más exitosa,
deberá ser la de la conciencia.

Córdoba, primera semana de Octubre del 2010. “Son unos irresponsables”, “están manijeados por agitadores”, “son ignorantes y están ciegos”, “están cebados”, “típica movida de los zurdos”, “hay que ver que hay atrás”, “¿que tienen que hacer algunos docentes apoyando a los mocosos?”, “las tomas son totalitarias y profascistas”.

Yo, Luis Juez, Senador de la Nación, afirmo haber escuchado estos comentarios, estas tristes reflexiones o estas preocupantes delaciones desde la pantalla de TV, desde algunos programas de radio en boca de funcionarios gubernamentales, reconocidos periodistas y algún que otro irresponsable. Me pregunto si a estos muchachos no se le fue la mano viendo demasiadas veces The Wall, la maravillosa obra de Pink Floyd llevada a la pantalla, o será así nomas la estupidez humana.
Me inquieta y avergüenza la ausencia de curiosidad por escarbar un poco más allá de la superficie de este fenómeno. Me preocupa el reduccionismo de quienes creyeron que era una moda de los porteños, o una simple reverberación de un problema ajeno. Me asusta la ceguera lineal y esquemática de nuestros gobernantes. Me interpela la respuesta ligera de algunos educadores y hombres del pensamiento, que se han quedado en la cita de la “rebeldía Juvenil”.
Ciertamente esta semana de Octubre me ha movilizado sin melancolía alguna y me apasiona el pensar que después del 2001, pasando por las movilizaciones populares tan reales del fraude del 2007 en Córdoba, no vivíamos un conflicto tan genuino y “salvaje” como el de las escuelas. Salvaje porque si algo dejan entrever las puertas de los colegios tomados, es la inexperiencia, la espontaneidad, la casi ingenuidad y la ausencia al fin de una conducción política experimentada en casi todos los escenarios de la protesta. Esto es importante, esto tal vez sea lo más importante: la aparición de un robusto reclamo en manos de una generación nuevita, no militante, solidaria, responsable, nacida en democracia y asistida por una razón tan palpable como una pared descascarada. En limpio: jóvenes, movilización y causa justa.
Los chicos van aprendiendo y a su manera han puesto sobre la mesa un gravísimo tema irresuelto de la educación de los cordobeses. Han manifestado su repudio por padecer condiciones indignas, precarias y sucias en sus pobres o viejas escuelas descuidadas. Han dicho además que han sido convidados de piedra en el diseño de los cambios a la Ley 8113. Han señalado alguna contradicciones ciertas en la Ley. Han gritado que ni ellos ni sus maestros han participado de verdad en su génesis. Y los pibes, que aprendieron en cinco días muchas cosas, han reclamado que arreglen los edificios y “los hagan jugar” en la Ley, nada delirante, nada imposible, nada terrible, nada “revolucionario”.
Pero los “lucidos opositores radicales” salieron a tirarle al oficialismo con las escuelas de De la Sota y los negocios, desde el frente el gobierno arranco duro respondiéndole con los cierres de escuela y otras “hazañas” de Mestre y la fuga en Helicóptero, y ametrallo con una batería de medidas marketineras. Un verdadero dialogo de imbéciles. Mientras, subía el número de escuelas tomadas y los chicos, que ya habían ganado seguían, casi divertidos, descubriéndose en las pantallas de la tele en todos los noticiosos.
YA ESTA, mañana el país hablara de los 33 mineros, el nobel chino o comenzará a colarse el tema de los jubilados y el 82%, y los chicos se miraran en soledad desoídos y cansados en el fin de semana largo.
YA se debiera citar a debates de media jornada o la modalidad más efectiva que se elija en todas las escuelas durante una semana si es preciso, y se termine de afinar para bien una ley que no está mal orientada. Todos deben participar.
YA debiera publicarse un plan de obras intensivo de decenas de cuadrillas con objetivos y plazos “escuela por escuela” para reparación integral de infraestructura.
YA tendrían que estar los Planes Maestros de refacción, restauración y puesta en valor de los colegios históricos, patrimonio arquitectónico cordobés.

Volvamos a la cordura del dialogo constructivo. Volvamos a la reflexión intentado conjugar conceptos armónicos. No pega hablar de modernos subterráneos pagados por Dios, con escuelas que se desploman. No riman 180 días de clase con decenas de escuelas sin sanitarios, no queda bien “vocación docente y segunda mama” con salarios indignos llenos de asignaciones fantasmas. Finalmente tampoco encastra “los jóvenes son el futuro” con “¿quienes son estos fascistas que toman las escuelas?”.


Luis Juez
Senador de la Nación

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